¡Hola! ¡Me llamo Isaac Fernández y quiero ser pirata! Tengo 31 años y 2 perretes que duermen panza arriba. Aquí hablo de mi vida personal y de mi valiente batalla en contra de la pereza existencial y la procastinación. Me gusta el deporte, el chocolate y actividades que combinen ambas cosas simultáneamente. El 94,53% de lo que digo aquí es broma. No me tomes en serio.

2015/04/18

Idea para un anuncio de seguros de coches

Cada día la publicidad intenta hacernos sentir culpables para que compremos cosas. Así que se me ha ocurrido una idea para un anuncio.

Vemos a un hombre llegar a su casa. Silva alegremente mientras cuelga su gabardina en un perchero. Después llama a su mujer.

—¡Cariñoo! He renovado el seguro del coche.

La mujer le mira horrorizada. Ahoga un grito, corre al dormitorio y sale con una maleta.

—Cariño, ¿a dónde vas?

—¿Cómo has podido renovar el seguro sin usar un buen comparador? Te dejo, Paco. No puedo vivir con alguien tan imprudente e impulsivo financieramente.

—¿Cómo que me dejas? ¡Estás loca! ¿A qué viene esto?

La mujer intenta salir de la casa y ambos forcejean. Durante la trifulca, ella cae y se golpea la cabeza. Queda tumbada en el suelo completamente inmóvil.

—¡Cariño! Oh, Dios mío. ¿¿Qué he hecho??

El hombre le toma el pulso. Está muerta. Se hecha las manos a la cabeza y comienza a sollozar.

Impulsado por los nervios, una hora después le vemos conduciendo su coche en dirección a un bosque. En el maletero lleva el cuerpo de su mujer envuelto en una sábana.

—Maldita sea, maldita sea, yo no quería... no quería... no debí renovar, no debí renovar el seguro—se lamenta mientras grandes gotas de sudor le caen por la frente. Al llegar al bosque ya es de noche. Mientras cava un hoyo de repente es alumbrado por los faros de un coche. Es un coche patrulla de la policía.
—Buenas noches, agente.
El policía se baja del coche y mira a Paco de arriba a abajo.
—¿Qué hace cavando un hoyo a estas horas?
—Yo... Uhm... Bueno, es que... Me gusta cavar. Es un buen ejercicio para los brazos. Toque, toque.
—No, gracias. Eso suena muy extraño. Actúa como una persona que oculta algo. Actúa como una persona de esas que renuevan el seguro de su coche sin comparar. ¿Puedo mirar su maletero en busca de cadáveres?
—No.
—Porfa.
—No.
—Venga, va.
—No.
—Porfi, porfi, porfi.
—No.
El policía saca la pistola y Paco se hecha a un lado con resignación. El agente se acerca al coche y abre el maletero. Paco se echa las manos a la cabeza.
—Puedo explicarlo, yo no quería hacerlo —se lamenta Paco.
—¿De qué habla?
Paco se acerca y comprueba que el maletero está vacío. La sábana con la que envolvió a su mujer está tirada en el suelo, a un lado del coche.
—¿Qué es esta sábana con manchas sospechosas de sangre? ¿PUEDE EXPLICARLO? ¿PUEDE?—le inquiere el policía agarrándole de la camisa con fuerza.
—No puedo explicarlo.
—Oh, vale. Si no puede explicarlo no pasa nada, son cosas que pasan. Bueno, me voy.
El policía se encoje de hombros, tira la sábana, se monta en su coche y se marcha. Paco se rasca la cabeza y mira a su alrededor.
—¿Cariño? ¿Dónde estás?
De repente su mujer sale de detrás de un árbol. Está aturdida y le mira confusa.
—¿Me has intentado asesinar?
—¡Fue un accidente! Dios mío, ¡pensaba que estabas muerta! Por favor, cariño. Volvamos a casa. Prometo no intentar enterrarte otra vez. ¡Y no volveré a renovar el seguro sin comparar!

Ambos se abrazan emocionados y vuelven a casa. Y mientras vemos el coche alejarse por la carretera que cruza el bosque, una voz en off nos dice: "No haga como Paco. No sea un maltratador asesino asqueroso: compare antes de renovar su seguro".

No hay comentarios:

Publicar un comentario